Mucha ha sido la gente que me ha preguntado que donde podían ver la película "OLLA PARA TODOS" y siempre les he tenido que responder lo mismo "todavía no está disponible en internet".
Bueno, pues creo que ¡¡ ya ha llegado la hora !!.
Ya han pasado más de 2 años desde el estreno de la película y con el comienzo de la grabación de la segunda parte de la misma, aquí os dejo el enlace a la película para que la pueda disfrutar todo aquel que todavía no ha tenido ocasión.
Sólo recordaros que la película está registrada y que tiene copyright.
Que lo disfrutéis:
Santibáñez de cine
En junio de 2013 nacía este Blog con el objetivo de ir dando cuenta de cómo se cocinaba 'OLLA PARA TODOS', un corto costumbrista rodado en Santibáñez de la Peña en el verano de 2012 y que se estrenó por todo lo alto el 10 de agosto de 2013. BUEN PROVECHO!!!
domingo, 27 de septiembre de 2015
viernes, 24 de octubre de 2014
El guíon de la noche de los BOTIJOS DE BARRO
Sin distinción y porque todos pusieron lo mejor de sí mismos en el rodaje, quisimos que actores y actrices, grandes y pequeños, tuvieran su reconocimiento especial en la noche del estreno de la película.
Así, todos recibieron su Botijo de Barro. Pero, para hacer la gala más amena, preparamos un guión destacando, en clave de humor, los méritos y aportaciones que cada uno hizo al “guiso”.
Éste que a continuación os dejamos, fue el texto que José Luis y Natalia, maestros de ceremonias aquella noche del 10 de agosto de 2013, leyeron antes de cada entrega:
PRESENTACIÓN:
BUENAS NOCHES.
ES UN PLACER
PARA NOSOTROS DAROS LA BIENVENIDA A ESTA NOCHE EN LA QUE, POR FIN, VAMOS A
ASITIR AL ESTRENO DE LA PELÍCULA OLLA PARA TODOS, A ESTA NOCHE EN LA QUE
HEMOS DEJADO A UN LADO NUESTRO VESTUARIO HABITUAL Y DADO UNA PATADA A LA RUTINA,
Y NOS HEMOS VESTIDO DE GALA, PORQUE DE GALA FUE TAMBIÉN EL ESFUERZO QUE HACE
AHORA UN AÑO TODOS Y TODAS NOSOTROS HICIMOS PARA HACER REALIDAD ESTA INICIATIVA
SOCIOCULTURAL.
Antes
de dar paso al gran y esperado momento, eso sí, unas palabras para recordar
cómo empezó todo…
Cuando en 2011
nos planteamos esta aventura, lo hicimos con tres objetivos primordiales: por
un lado, lo que quisimos definir como “hacer pueblo”; por otro lado, queríamos,
por supuesto, pasarlo bien (y, ¡vaya si lo hemos hecho…!). Y, en tercer lugar,
buscábamos enseñar a las generaciones más jóvenes uno de los muchos capítulos
que dan forma a la rica historia de nuestro pueblo –el de la aparición del
llamado “Tesorillo de San Román”-, y, a la par, mostrarles una época, -la que
marcó la vida de sus abuelos-, para demostrarles que las cosas no siempre
fueron tan fáciles como ellos las ven hoy en día. En definitiva, pensamos que
podría resultar interesante retrotraernos al pasado, echar una mirada hacia
atrás para no perder de vista de dónde venimos y rebuscar en la memoria para
traer al presente situaciones, lugares y tradiciones que formaron parte de la
vida de nuestro pueblo cuando, podríamos decir, se vivía instalado casi en una
permanente crisis y, pese a las penurias, se era feliz con muy poco. También,
con todo nuestro cariño y a modo de homenaje a todos cuantos nos han precedido
en estas calles, quisimos recuperar los nombres de algunos y algunas de
nuestros antepasados y los convertimos en los protagonistas de esta historia.
Muchos
y muchas, porque lo habíais vivido antes en primera persona y porque, pese a
los años transcurridos, tenéis esas vivencias y a esas personas aún muy
presentes entre vuestros recuerdos, os emocionasteis con aquello de volver a
lavar a la poza; con aquello de volver a ver pintado un castro en el suelo; con
aquello de volver a sentir el calor de una hornera; con aquello de reabrir la
vieja Cantina de Vicente; con aquello de rebuscar en los cajones y los baúles
en busca de velos, camisas, faldas, gorras y utensilios que creíais ya
olvidados; con volver a participar de una enrramada y de ser invitado de una
boda a la antigua usanza…
Hoy, cuando
estamos a punto de ver por fin esta película que hemos dado en titular Olla
para todos, nuestra mayos satisfacción es saber que lo logramos, que,
ante todo y por encima de todo os reísteis, disfrutasteis y os emocionasteis;
que os gustó esta idea y que quisisteis ser partícipes de ella.
Gracias
a todos vosotros, un día, allá en el futuro, estos niños y los que vendrán
detrás, tendrán unas imágenes con las que recordarnos; tendrán una película en
la que ver reflejada una época que no debemos olvidar en la que el trabajo, el
sacrificio e incluso el hambre no evitaban que también hubiera un hueco inmenso
para la felicidad; tendrán un archivo gráfico en el que, quizá, descubrir para
qué se utilizaban esas viejas pozas que forman parte de nuestro paisaje urbano
y por las que seguirá fluyendo el agua (bueno, eso si a alguno no le da por
plantarlas un pegote de cemento encima y cargarse otro de los elementos del
patrimonio popular), y, sobre todo,
tendrán en este trabajo un ejemplo claro de lo que es HACER PUEBLO.
Todos y cada
uno de los que aparecéis en la cinta, y también esas otras personas que, sin asomar
en escena, colaboraron para que nuestro proyecto tomara cuerpo, lo habéis
sabido hacer. Sí, habéis hecho pueblo a la perfección y con mayúsculas.
EL
RESULTADO ES ÉSTE…
Y tras visualizar la película, procedimos finalmente a la entrega de los Premios con el siguiente guión, (elaborado desde el cariño y el aprecio a todos y cado uno de cuantos con arrojo, valentía y buen humor se prestaron jugar a ser actores y actrices):
LOS BOTIJOS DE BARRO, UNO A UNO:
Volvemos
a daros las buenas noches a todos y a todas y la bienvenida a esta noche
especial, a esta noche de cine, de estreno, de estrellas en la tierra…, a esta
noche en la que no va a haber oscars, ni goyas, ni conchas de oro, pero sí
Botijos de Barro para unos actores y actrices, -vosotros-, absolutamente de premio.
De premio por vuestro humor, por vuestra implicación, por vuestra paciencia,
por vuestra colaboración y, por supuesto, por vuestras fabulosas
interpretaciones.
Pero,
antes de dar paso a la entrega de los galardones, unas palabras también de
reconocimiento para esas otras personas que, aún no apareciendo en escena,
habéis colaborado de uno u otro modo, para que Olla para todos sea hoy una
realidad. Nuestro agradecimiento sincero para Alfredo y Pepe, Luis Manuel y
Blanca, Brigi, Rodrigo, Primi y también para quien el año pasado por estas
fechas era nuestro párroco –el auténtico, no el de la película-, Andrés
Garrachón, quien no dudó en abrirnos las puertas de esta iglesia que hoy nos
sirve también de escenario improvisado.
También,
debemos destacar en este momento, y de una forma muy especial, varias
colaboraciones que son, en definitiva, las que hacen posible esta entrega de
los Botijos de Barro. Estamos hablando de la colaboración de los cuatro bares
de Santibáñez-La Estación: BAR VIVAL,
CAFETERÍA PANTA REI, RESTAURANTE BAR MYLO Y BAR JAR, así como de la
colaboración de la carpintería de nuestro pueblo, CARPINTERÍA EBANISTERÍA ALLENDE, y, por supuesto, de la,
para la mayoría alucinante colaboración de LIMOUSINES
ELENA. Estos seis negocios, estos empresarios, estos vecinos y amigos
de nuestro pueblo y nuestro municipio, nos ofrecieron casi de forma espontánea
su colaboración para llevar a cabo esta entrega de premios y para hacer algo
especial en la noche del estreno de Olla para todos y se lo agradecemos
de corazón. Brindemos, pues, un aplauso sincero a BAR VIVAL, CAFETERÍA PANTA REI, RESTAURANTE BAR MYLO, BAR JAR,
CARPINTERÍA EBANISTERÍA ALLENDE Y LIMOUSINES ELENA por hacer posible
estos galardones y, sobre todo, por ofrecer su apoyo a una iniciativa socio
cultural, a una actividad intergeneracional que viene a demostrar que los
pueblos, nuestro pueblo, tiene vida, y que, con un pequeño grano de arena que
aportemos cada uno, se pueden hacer castillos enormes.
Actores
y actrices, colaboradores detrás de las cámaras y patrocinadores de estos
Botijos de Barro… Ésta es vuestra noche, la noche de todos.
Una
noche que, sin embargo, queremos comenzar recordando a alguien que no la va a
disfrutar aquí en éste Alto de la Calle nuestro y suyo, pero que seguro que
allá donde esté la comparte con nosotros.
Fue
y es un referente fiel de esa época de penurias y sacrificios que quisimos
reflejar en Olla para todos. A pesar de sus 96 años y de una vida surcada a
golpe de trabajo, fue capaz de echarle humor y de sumarse a esta aventura
convirtiéndose en la actriz más veterana de este Santibáñez de Cine.
Por
hacerlo, por darnos una lección y demostrarnos que ni las penas ni los años
pueden pesar tanto como para no dejarnos sonreír, en esta noche brindamos
nuestro primer Botijo de Barro, nuestro Botijo de Barro de Honor a Aquilea
Cosgaya. Lo recogen sus familiares…
Y
después de este entrañable momento para el recuerdo y la nostalgia, de este
gesto de cariño que también hacemos extensivo a todos los vecinos y amigos que
nos han dejado en el último año, cambiamos de plano y nos centramos en estos
otros Botijos de Barro que esperan dueño y hueco en vuestras casas. Vamos con
su reparto.
- Por mostrarnos cómo en aquella década de los 50 las tareas cotidianas ayudaban a intensificar las relaciones vecinales; por enseñarnos que la fresca agua de nuestro pueblo no enfriaba las ganas de sonreír; que lo bien aprendido jamás se olvida; que más allá de la mera obligación, lavar a mano era todo un arte y, sobre todo, por demostrarnos que por muchas que vengan, ninguna lavadora ni secadora podrá superar nunca un buen rato en la poza con las vecinas, el BOTIJO DE BARRO A LA INTERPRETACIÓN MÁS DIDÁCTICA Y EXPERIMENTADA ES PARA LAS LAVANDERAS: CONCHA, TININA, MARÍA, CARMINA, CELIA, AURORA, KORO Y NEREA.
- Lo que ellos conocen hoy poco o nada tiene que ver con lo que los chicos y chicas de su edad vivían en aquellos años, pero supieron adaptarse a la perfección. Supieron ponerse serios cuando había que hacer de monaguillos del cura menos serio de la historia; se olvidaron de bicicletas y videojuegos para aprender a jugar al castro; no escatimaron esfuerzos a la hora de echar una mano a la familia a la hora de ir a recoger la hierba; corrieron como nadie en busca del tesorillo y demostraron una infinita paciencia atendiendo las órdenes de los “gruñones” directores. Por darle color a la película y demostrarnos, con su sonrisa, que ha merecido la pena, el BOTIJO DE BARRO A LOS ACTORES Y ACTRICES REVELACIÓN ES PARA A LOS NIÑOS: DIEGO, LORENA, IVÁN, ALEX, MARIO, ANDRÉS, JUNE y la benjamina del rodaje, NORA.
- Se echó al hombro el humor que le caracteriza y, para sorpresa de muchos, apareció ataviado de campesino y dispuesto a interpretar ese papel que a nadie le gusta asumir como propio, pero que siempre está ahí: el del zanganete de la familia. Por su valentía y por brindarnos uno de los momentos más divertidos del rodaje con su mítica frase “¡Sí, los huevos!”, el BOTIJO DE BARRO A LA INTERPRETACIÓN MÁS DESCANSADA ES PARA: PICIAS.
- Se vistieron para la tarea más ardua de la película como mandan los cánones y dalle, hoz, cestos, –y botijo y bota, por supuesto-, al hombro, se fueron hasta la Huerta del Mudo para mostrarnos cómo era una dura jornada en el campo. Repetimos tantas veces la escena que, de verdad, acabaron cansados, sobre todo el patriarca de la familia, a quien casi casi se le acaba la hierba que segar. Por su arrojo y energía, por su excelente caracterización y por su buen segar, el BOTIJO DE BARRO AL MAYOR ESFUERZO FÍSICO ES PARA LOS SEGADORES: HIPÓLITO, RESU, SINES, PAULA (y para completar la escena, pueden acercarse a compartir el aplauso PICIAS, ANDRÉS Y DIEGO).
- Se bajaron del tren después de aguantar estoicamente uno de aquellos interminables viajes en La Robla, y se presentaron en Santibáñez con todo el poderío y el señorío que permite presentarse como los tíos ricos y triunfadores. No sólo se caracterizaron de forma inmejorable sino que interpretaron e improvisaron también de manera extraordinaria, dando lugar a una de las escenas más logradas y geniales de la película. Por su formidable y del todo creíble aparición en escena, el BOTIJO DE BARRO A LA MEJOR CARACTERIZACIÓN ES PARA LOS TÍOS Y LA PRIMA RICOS: BEA, NISIO Y BEATRIZ.
- Será porque es una condición innata a las mujeres, -y de los hombres, aunque ellos lo disimulan-, cotillearon a la perfección. Buscaron un rincón para cuchichear, radiografiaron a la novia, pasearon la mirada de arriba abajo y lanzaron algún que otro dardo envenenado. Por improvisar extraordinariamente y demostrarnos de forma inigualable el arte del chismorreo, -y sin recibir clases de Jorge Javier Vázquez-, el BOTIJO DE BARRO AL MEJOR COTILLEO ES PARA: SONIA Y ESTHER.
- Que nadie nos diga que no parecen auténticamente sacados de una fotografía de los años 50. Vestuario perfectamente adaptado, porte impecable, naturalidad a raudales y grandes, enromes dotes para la improvisación les sirvieron para prácticamente cocinarse y comerse ellos solitos su papel en esta Olla para todos. Por su buen hacer y su formidable, estupenda, grandiosa actuación, el BOTIJO DE BARRO A LA MEJOR INTERPRETACIÓN MASCULINA ES PARA: Los padres del novio y de la novia: LUIS ÁNGEL Y JOSE.
- No tenían batería, -apenas un tambor que, para qué nos vamos a engañar, dejaba todo por desear-, pero afinaron en el pasodoble y, como los músicos del Titanic, siguieron tocando pese a que el barco se hundía, en este caso pese a que la caída de un meteorito se cernía sobre sus cabezas y amenazaba con destruir el pueblo. Por su ritmo, su arte, su movimiento de caderas, -leve sí, pero movimiento al fin y al cabo-, y, sobre todo, por su gran profesionalidad y amor imperturbable al trabajo, el BOTIJO DE BARRO AL DÚO MÁS MARCHOSO ES PARA 'LOS LUISES': JOSÉ LUIS Y LUIS JAVIER.
- Ellas no solo nos endulzaron el final de las distintas jornadas del rodaje, sino que también nos regalaron un momento entrañable en una estancia tradicional casi olvidada, amén de unas cuantas risas. Por su estupendo sentido del humor y su contagiosa alegría, el BOTIJO DE BARRO A LAS MEJORES ROSQUILLAS A UNA MANO ES PARA CONCE y, por extensión el BOTIJO DE BARRO A LA INTERPRETACIÓN MÁS DULCE es para todas las rosquilleras: CONCHA, LOURDES Y MARI CARMEN.
- Ni la mismísima Nancy hubiera sabido encontrar tantos complementos en su amplísimo fondo de armario. Al principio no querían hacerlo, pero ellas supieron hacerlo y recrearon para la película a dos madres estupendas, elegantes, alegres y envueltas en todo el glamour que la época hubiera permitido. Por saber meterse en el papel de una forma extraordinaria y lucir el tocado y la mantilla como nadie, el B_OTIJO DE BARRO A LAS MÁS ELEGANTES Y DICHARACHERAS ES PARA las madres de la novia y el novio: MARI MAR Y MARISA.
- Que sí, que no, que puedo, que tal vez… Al final, buscó el momento idóneo para bajarse del camión y meterse en el papel que más le va. Y como no podía ser de otro modo, lo hizo a las mil maravillas, porque para poner vinos y lucir detrás y delante de una barra, también hay que tener mucho arte. Por saber hacernos reír, por saber meterse en el papel, y, por supuesto, por saber lucir palmito como nadie, el BOTIJO DE BARRO AL MEJOR Y MÁS SEXI CANTINERO ES PARA: RAMIRO.
- Ahora se lo quita mi hermana, ahora me lo pongo yo. Y es que un vestido tan bonito no se podía quedar colgado en una percha simplemente porque una de las actrices tuviera que ausentarse en un momento del rodaje. Eso debió de pensar la persona que va a recibir este premio, quien, ni corta ni perezosa, suplantó a una de las invitadas a la boda sin que casi casi nos diéramos cuenta. Por no dudar ni un momento en liarse la manta a la cabeza, querer compartir esta Olla para todos, y demostrar que en cualquier época, siempre hay alguien que se puede colar en el banquete, el BOTIJO DE BARRO A LA MEJOR DOBLE ES PARA: MARIBEL.
- Simplemente tenéis que estar de relleno en la cantina jugando una partida de cartas. Ese debía ser inicialmente su papel, pero la cosa se fue complicando y al codirector se le ocurrió que la escena podía derivar en algo más sorprendente y picantón. ¿Por qué no?, si lo que les sobra es desparpajo y buen humor… Por su inigualable sentido del humor y por prestarse sin pudor a regalarnos el momento más divertido del rodaje, el BOTIJO DE BARRO A LOS MÁS ATREVIDOS Y A LOS TOP MODEL DE GAYUMBOS MÁS ATRACTIVOS ES PARA: MIGUEL, LUIS, ALBERTO Y JUAN.
- Habíamos que era difícil, un esfuerzo casi sobre humano para ellos. Pleno agosto, fin de semana, fiestas aquí y allá... Pero nos demostraron que saben estar en misa y repicando, nos demostraron que la juventud no está reñida con el compromiso y que también saben hacer pueblo. Por ese esfuerzo, por acudir a una larga, larga, larga misa el domingo por la mañana tras una larga, larga, larga noche de sábado y por correr hasta San Román cuando, sin duda, lo que más les hubiera apetecido era correr al sofá a echar la siesta, el BOTIJO DE BARRO A LOS MÁS COMPROMETIDOS ES PARA los novios y sus amigos: MAIKEL, LAURA, PABLO, GORETTI Y DIEGO.
- Se la iluminó la cara sólo con ver por un momento a su nieta vestida de novia y, sólo por esa sonrisa, supimos que cualquier esfuerzo, por grande que fuera, merecería la pena. Por ofrecernos ese momento entrañable y alentarnos con su gesto sonriente, el BOTIJO DE BARRO A LA ABUELA MÁS FELIZ ES PARA: EVELIA ( a quien, por desgracia, también despedimos este año 2014).
- Qué sería de un rodaje sin ellos? Qué sería sin esos actores y actrices, entre comillas, en la sombra, que rellenan la escena y con su simple presencia la dan vida? Qué hubiera sido de esta Olla para todos sin su presencia formidable y su esa interpretación tan estelar como la del resto de personajes. Por demostrarnos que no hay papel mayor ni menor y por condimentar esta Olla de forma extraordinaria, EL BOTIJO DE BARRO A LOS MEJORES Y ÚNICOS ACTORES DE REPARTO ES PARA: FEDERICO Y FERNANDO.
- Así como el BOTIJO DE BARRO A LAS MEJORES ACTRICES DE REPARTO ES PARA: MÓNICA, SAYO, MARÍA JOSÉ, CONCHI, ELISA, FELI Y AURORA.
- Aparecer efímeramente en la película que se dirige o codirige. Es una simpática práctica que desarrolló el conocido Alfred Hitchcock y, que, por supuesto, no podía faltar en nuestra Olla para todos a modo de guiño al séptimo arte y a uno de sus más conocidos representantes. Por colarse en escena (¿adivináis dónde?) y buscar también un poco de protagonismo para ese pequeñín que llevaba dentro, Román, y que, sin saberlo, se ha convertido en el actor más precoz de la historia, el BOTIJO DE BARRO AL MEJOR CAMEO AL ESTILO HITCHCOCK ES PARA: NATALIA.
- Sabíamos que nos haría reír, que sabría meterse en el papel y que nos regalaría momentos inolvidables, pero su interpretación superó con creces todas nuestras expectativas. Por lucir la sotana como nadie; por hacernos sufrir el casamiento más largo de la historia cuando, a las tres de la tarde, el hambre apretaba y ¡de qué manera!; y por su “mano generosa” compartiendo el “Tesorillo” aparecido en el lugar santo de San Román con toda la vecindad de Santibáñez, el BOTIJO DE BARRO A LA INTERPRETACIÓN MÁS MILAGROSA ES PARA: ÓSCAR.
viernes, 10 de octubre de 2014
Un ESTRENO por todo lo "alto"
Elegido el título,
montada la película, culminamos nuestro proyecto con una gala de estreno por
todo lo alto, (como no podía ser de otro modo), en el punto neurálgico de nuestro pueblo, el Alto de la Calle.
Instalamos una gran
pantalla aprovechando el portalillo de la Iglesia; colocamos bancos para los
participantes en el rodaje y para cuantos quisieran asistir al acto; nos
vestimos con nuestras mejores galas, incluidos tacones altos, trajes,
pajaritas, chales y lentejuelas; extendimos una alfombra roja para el desfile
de los protagonistas y, como primera gran sorpresa de la noches, les invitamos
a llegar al escenario del evento en Limousine gracias a la colaboración especial y
totalmente desinteresada de Elena, vecina y amiga de Villaverde de la Peña.
La otra sorpresa de la
noche, llegaría con la entrega de los Botijos de Barro, unos galardones que
todos los actores y actrices recibieron por igual en reconocimiento a su
esfuerzo y entrega y que hicieron posible, con su colaboración económica, los
cuatro bares de La Estación: la Cafetería Panta Rei, el Bar Vival, el Bar JAR y
el Bar Restaurante Mylo (desde aquí, una vez más, INFINITAS GRACIAS A TODOS por
permitirnos llevar a cabo esta merecida entrega).
domingo, 21 de septiembre de 2014
La elección del título
Elegimos el título de Olla
para todos porque, de alguna manera, nos permitía unir el hilo central
de la película, la boda de Lidia y Jesús, con el desenlace final, la aparición
del Tesorillo de San Román. Así, si
en el banquete nupcial iba a servirse una olla de patatas con conejo para todos
los comensales, una olla iba a ser también la protagonista del hallazgo ante el
Torreón; una olla, en este caso, repleta de monedas que harían ricos y dichosos
a todos los santibañeses. En definitiva, la olla simboliza en toda la película
alegría compartida, la felicidad de todo un pueblo, dicha infinita…
domingo, 14 de septiembre de 2014
Un montaje largo, arduo y complicado hasta el infinito
Horas y horas de
selección de las muchas tomas grabadas para cada escena; minutos robados a un
bebé (nuestro Román), que se conformaba con mirarnos trabajar delante del
ordenador como sabedor de que en algo importante estábamos inmersos y de que él
también debía poner su granito de arena; noches que se convertían en madrugadas
editando vídeos; cortas y pegas al milisegundo para que la continuidad no se
perdiera, días enteros que se hicieron semanas e incluso meses para culminar un
montaje que debía estar listo para una fecha, el 10 de agosto de 2013, el día
en el que, por fin, íbamos a estrenar Olla para todos.
Sí, muy largo y
laborioso fue el trabajo de edición, (incluido fallo del ordenador y envío del
mismo para su reparación hasta Almería, que nos obligó a interrumpir las
labores y a tener que rehacer luego parte de las mismas, perdidas para nuestra
desesperación en ese impás).
También complicada sería luego la
preparación de la noche del estreno, la grabación de copias para todos los
participantes, la elaboración de un cartel anunciador del evento y de
invitaciones para actores, actrices y colaboradores, la conversión de nuestro
Alto de la Calle en un gran teatro al aire libre con alfombra roja incluida…
Pero eso lo dejamos para otra entrega.
jueves, 4 de septiembre de 2014
Un final de rodaje cargado de emotividad
No conseguimos culminar
la grabación ese fin de semana, pero sólo dejamos una escena pendiente para la
tarde del lunes, la de la visita de los hombres a Vicente y su Cantina. No sólo
divertido, sino también emotivo, muy emotivo, fue el momento de volver a pisar
el suelo de este entrañable lugar que durante años fue el punto de reunión
social de los hombres santibañeses; de volver a sentarnos junto a sus mesas de
mármol; de volver a apoyarnos en la barra tras la que tantas veces pedimos
bebida, chucherías, tabaco o latillas a Vicente, a Tino y a Carmina; de
reencontrarnos con la vieja balanza de peso y los dispensadores de cristal en
otros tiempos llenos de sugus y caramelos. (GRACIAS CARMINA, DE CORAZÓN, POR
ABRIRNOS LA PUERTA Y REGALARNOS ESE MOMENTO).
Con la grabación de
esa escena en La Cantina (bueno, y de otra reconstruida sobre ésta en clave de
humor que nos reservamos por su, -digamos-, contenido de alto voltaje),
culminamos el trabajo del rodaje.
Quedaba ya “sólo” por delante un
proceso de montaje que, si bien nunca lo pensamos, se transformaría en largo,
trabajoso, duro y, en momentos, absolutamente desesperante.
lunes, 1 de septiembre de 2014
Improvisación. ¿Por qué no atreverse?
Indudablemente, nuestro guión carecía de los ingredientes que debe tener un trabajo profesional, pero ese no era nuestro objetivo. Buscábamos diálogos sencillos, ágiles y con un toque de humor, que nuestros actores y actrices asimilaban a la perfección con apenas un par de explicaciones previas a la grabación y a los que imprimieron una formidable naturalidad.
Vista esa capacidad, ¿por qué no improvisar? Así nos lo planteamos en un momento de la grabación de la ceremonia de la boda. De repente, -como popularmente se dice-, se nos encendió la bombilla y esa bombilla dio lugar a una escena, a la que bautizamos como la de “las cotillas”, inicialmente no prevista ni incluida en el guión.
Sonia y Esther protagonizaron magistralmente la misma a las puertas de la iglesia. Sólo unas palabras de explicación sobre lo que queríamos y e´voila, ambas crearon un divertido paréntesis entre la llegada de la novia y la entrada a la iglesia aderezado con certeros cotilleos sobre el vestido, los tíos que emigraron y la economía de la familia de la contrayente.
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